domingo, 3 de mayo de 2015


                            LA  SUBLEVACIÓN  DE  MANUEL  ABAD

               En octubre de 1844 tiene lugar un pronunciamiento republicano en la Selva de Hoza dirigido por Ugarte y Abad. José María Ugarte fue Jefe Político de Huesca en 1840 en donde fundó una tertulia republi
cana apoyado por Manuel Abad "Manolín", hijo de Mariano Abad y Josefa Goded, nacido en la plaza de Santo Domingo en Huesca.
               El Gobierno envía al general Anglés, comandante militar de Huesca, y el 23 de noviembre de 1844 dicta en Santa Cilia un bando para que la población denuncie a los sublevados. El tal bando decía esta terrible barbaridad: "A falta de culpables fusilaré menos culpables y a falta de estos fusilaré inocentes. He de imponer en este país un terror que ha de durar medio siglo". Dos días después, el 25 derrota a los sublevados cerca del puente viejo de Hecho y los prisioneros son fusilados en la plaza de Hecho, la ermita de Escagüés y los muros de la iglesia de Ansó. Abad huye a Francia y en 1847, amnistiado , regresa a Huesca.
                En 1848 marcha a Francia para preparar un nuevo levantamiento en Aragón y de allí vuelve con el nombre de Comandante General interino de Aragón y Navarra; se presenta en Ejea de los Caballeros donde se pronuncia el 26 de octubre de 1848, marcha a Luna y por Santa Eulalia a Ayerbe, donde llega el día 28. Han sido detectados y sobre él marcha el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Pano. Aquí en Ayerbe se entera de que las armas que iba a recibir han sido interceptadas en la frontera francesa y que las tropas gubernamentales están en Luesia. Marcha a Huesca, donde llega el día 30, situando a sus tropas en las iglesias de San Martín y Santo Domingo, en el cerro de las Mártires y en las ermitas de SAlas y de San Jorge.
               Las autoridades, funcionarios públicos, el escaso ejército y la Guardia Civil se refugian en el Convento de Santa Clara.
                Abad se dirige al Ayuntamiento y publica un bando exigiendo la presentación de todas las armas, caballos, solteros y viudos y además dos mil duros en el término de dos horas y ocho mil que volverá a recoger dentro de una semana.
                En el Libro de Actas del Ayuntamiento de Huesca nº 325 se recoge en la Sesión Extraordinaria de 30 de octubre de 1848 todo lo acaecido tras la entrada de los sublevados.
               "Unas masas de fuerzas armadas levantadas en las Cinco Villas con el grito de libertad, al mando del titulado Coronel D. Manuel Abad han aparecido en las puertas de la Capital como a las siete de la mañana. Retiradas las autoridades superiores, los empleados y la cortísima guarnición al covento de religiosas de Santa Clara, el Alcalde y Ayuntamiento sin faltar ni un solo concejal se han constituido en las Casas Consistoriales para hacer frente a toda clase de consecuencias. Invadida ya la Capital por aquella fuerza, el Alcalde con otros concejales han quedado en las Casas del Ayuntamiento como centro de operaciones. El jefe de la fuerza ha pasado al Ayuntamiento para publicar con urgencia varios bandos para la presentación de todas las armas, caballos y fornituras y también la de todos los casados y viudos, conminando con la última pena a los contraventores; han sido en efecto publicados y continuando en sesión constante el Ayuntemiento, cuando se ha presentado ante la corporación D. Manuel Abad manifestando en pocos momentos que se detuvo pero con severidad, que su misión era de paz si los pueblos secundaban sus miras y le aprontaban cuanto en su posición y empresa le obligaban a exigir; pero en otro caso sus instrucciones y nacesidades le harían inexorable pidiendo para dentro de dos horas ochocientos pares de alpargatas, todos los fondos del Ayuntamiento, dos mil duros y ocho mil para dentro de ocho días que volvería a por ellos. El Alcalde y el Ayuntamiento le contestaron en términos conciliadores ofreciéndole dedicarse  a recaudar cuanto les fuese posible para satisfacer estos pedidos, suplicándole con todo encarecimiento que procurase evitar todo género de tropelías y de desosrden; así lo oferció al retirarse de la presencia de la Corporación, quedandoesta practicando el reparto de los dos mil duros entre los vecinos que se calculó con medios para aprontarlos, remitiéndoles inmediatamente las papeletas a la manera que se iban extendiendo en beneficio de la brevedad, ofreciéndoles el reintegro cuando con más tiempo pudiera ampliarse el repartimiento en el vecindario entero en justa proporción a su riqueza. Varios sujetos han comenzado en el momento aprontando sus cupos; otros solicitando rebajas y produciendo quejas que en última instancia, de tanta agitación no han podido ser oidas, y por el contrario se les ha comunicado de nuevo para el caso de insolvencia con las mismas terribles penas con  que lo estaba el Ayuntamiento; apremiando más la necesidad del apronto de los dos mil duros por estar recibiendo recados continuos del expresado jefe apurando para que se les mandasen. Se ha hecho también reparto del número de alpargatas pedido entre varios alpargateros que los han aprontado casi en su totalidad poniéndolos a disposición del Ayuntamiento. Entre lo que produjo el reparto del dinero y las existencias en los fondos municipales y al consumar que consistían en .......pudieron recogerse hasta........que se han entregado en el acto al pagador de la expresada fuerza de que se ha librado recibo. Eran como las doce que se ha empezado a pronunciar la marcha de varios grupos en dirección a Quicena y cuando se ha tenido seguridad de que en la Capital no existía ya fuerza alguna, se ha puesto en conocimiento del Jefe Político que como queda dicho se hallaba en el Convento de Santa Clara; retirándose el Ayuntamiento tocadas las dos de la tarde con la satisfacción de no haber ocurrido suceso alguno lamentable y de haber sido respetados los establecimientos públicos, salvándose además las alpargatas de que no se hicieron mérito las masas armadas en su marcha, devolviéndose en el acto a sus dueños respectivos".
               Hasta aquí el acta completa. Hay unos espacios en blanco donde debía ir el dinero redaudado. Pero nos quedamos sinsaber la cifra expoliada.
               El Macero del Ayuntamiento, hombre singular, pues va recogiendo en su diario todos los acontecimientos que ocurren en el Ayuntamiento, y en este día se lee: "El 30 de octubre de 1848 entró la facción al mando de D. Manuel Abad, de seguida que tuvo noticia el Sr. Alcalde mandó reunir al Ayuntamiento en sesión permanente, se presentó D. Manuel Abad y les pidió dinero, alpargatas, las alpargatas no se las llevó, esto debe constar en las actas de dicho año".
                Abad se retira hacia quicena y desde allí a Siétamo y Anglés que le persigue viene desde Ayerbe a Huesca y desde aquí parte hacia Siétamo. Al llegar ordena un ataque a la bayoneta y los hombres de Abad se hacen fuertes en la plaza y la iglesia consiguiendo detener el asalto. Anglés toma las casas próximas a donde están los republicanos y tapa las salidas del pueblo. A las conco de la tarde del 31 de octubre de 1848 Abad con 203 hombres, nueve de ellos jefes y oficiales, y 82 caballos se entrega a Anglés.
               Gaceta de Madrid nº 5165 de tres de noviembre de 1848. " El Gobierno Político de Huesca comunica el 31 de octubre de 1848 al Ministro de la Gobernación. En este momento, que son las cuatro y media de la tarde, llegan a esta Capital, remitidos por el Comandante General de Huesca desde Siétamo, veinticinco presentados y dos prisioneros de la facción de Abad, cercada en aquel pueblo, y el Comandante anuncia que también se entregarán los más de los que la componen. Para impedir la evasión del resto se ocupa en cerrar todas las salidas, de manera que ya es indudable que quedará completamente aniquilada esta gavilla de rebeldes".
               En la misma Gaceta de Madrid se lee una comunicación del Gobierno Político de Huesca al Ministro de la Gobernación que le eleva copia del Comandante General de esta Provincia que acabo de recibir a las once de la nochhe. Por ella se ve que la facción mandada por Abad ha caido toda en poder de las tropas de S.M. Tan brillante triunfo asegura para siempre la paz de los pueblos del Alto Aragón, y es un nuevo testimonio de que son vanos los esfuerzos de cuantos intentan arrastrarnos a la guerra civil.
               En la misma Gaceta de Madrid el Comandante General de Huesca dice: " Con fecha 31 de octubre de 1848 al Jefe Político de Huesca. Que la facción de las Cinco Villas ha caido hoy en mi poder con armas y caballos, incluso sus principales cabecillas D. Manuel Abad de Huesca y D. Santos Castejón de Sádaba".
               En la citada Gaceta de Madrid hay una nota del Heraldo que dice:
            "Los sublevdos que acaudillaba Abad no hay duda de que contaban largo número de propósitos; y a no ocurrir el descalabro de Siétamo, hoy gemiría nuestro país bajo el duro peso de una enmarañada discordia. Si Abad y los suyos logran burlar el activo esfuerzo de las denodadas tropas, y penetran en algunos pueblos de la ribera, hubiéransele unido los díscolos y sediciosos que ocultamente maquinaron en otro  tiempo para reproducir escenas calamitosas. Felizmente los trastornos y desgracias que pudieron sobrevenir sobre el Aragón han sido  conjurados de un modo instantáneo, merced al exquisito tacto, al genio enérgico y rápida acción del bizarro Sr, Anglés, uno de los más firmes valedores del trono y de las instituciones. Su constancia en la persecución y su gran fuerza de voluntad, unida al arrojo y decisión que ostentó en una noche horrible de tormenta y aguacero, decidieron la victoria que buscaba y que coronó con la captura de los sublevados y su jefe.
               Este notable hecho de armas merecía de justicia un rasgo señalado de aprecio a los servicios del militar esforzado, y el Gobierno ha interpretado perfectamente el mérito  contraído, concediendo la faja de general de la provincia de Huesca. Nosotros nos complacemos de veras en hacer pública la satisfacción cumplida que ha producido en la gran mayoría de habitantes leales y honrados del Alto Aragón el premio dado a los servicis del Sr. Anglés".
               Abad es sometido s un sumarísimo Consejo de Guerra en Huesca y es fusilado el 5 de noviembre de 1848 en las eras de Cáscaro. Junto a él lo son también Santos Castejón de Sádaba, Anselmo Pérez, Marino Desa, Inocencio Desa ySaturnino Arrizabalaga de Ejea de los Caballeros, Antonio Velazquez de Pamplona; dos días después son ajusticiados por sorteo Antonio Soro de Ejea de los Caballeros, Pedro Sánchez de Luesia, Antonio Ferrer y Eusebio Endériz de Sádaba, Ramón Rubio de Valdepeñas y Salvador Chus valenciano.
               Un numeroso grupo son deportados a Filipinas.
               Son indulyados: Jorge Bitrián, comerciante de Huesca, Vicente Moreno, chocolatero de Ayerbe, Mario Corrales, sastre y teniente retirado y José Buén, propietario de Ayerbe.
               En el archivo Provincial figuran dos oficios sobre los ajusticiamientos.
               En uno, la Fiscalía de la Comisión Militar se dirige al Gobernador Eclesiástico del Obispado de Huesca diciéndole que de orden del Brigadier Comandante General de esta Provincia se servirá Ud. disponer que en la mañana de este día y hora de las seis de ella se encuentrenen las Cárceles Consistoriales siete capellanes para los efectos que haya lugar. El oficio está fechado el 5 de noviembre de 1848.
               Hay una nota al margen, de redacción algo oscura que dice: "Fueron asistidos los siete ajusticiados por siete sacerdotes y se dispusieron cinco o seis más suplentes. Hecho de producirse con indecible celeridad; obró la energía,cuando el horror asustó a los sacerdotes y les hizo esconder, y fue necesario para darles ánimo y prestarse como lo hicieron".
               Hay otro oficio fechado el 7 de noviembre de 1848 en que la Fiscalía de la Comisión Militar dice al Gobernador Eclesiástico de la Diócesis de Huesca que se hace indispensable que para dentro de tres cuartos de hora disponga se hallen en estas Cárceles Nacionales seis capellanes.
               También existe una nota al margen que dice: "Se contestó en el momento y se cumplió asistiendo seis y más capellanes. Todo se dispuso a pesar de la sorpresa y hora intempestiva para hallar sacerdotes. Dios hizo el gasto".
              En la sesión municipalordinaria de 22 de marzo de 1873, el señor Muret manifiesta la conveniencia dee erigir un monumento que perpetúe la memoria de los mártires de la libertad que fueron fusilados en esta población en noviembre de 1848; el Ayuntamiento aceptó por unanimidad la idea.
              El monumento se hizo y aún se conserva en el cementerio de Las Mártires de Huesca.

                                 MONUMENTO A LOS FUSILADOS EN 1848
                  En cada una de sus  cuatro caras se lee.



            A LA MEMORIA DE MANUEL ABAD                           Los cuerpos que aquí yacen unidos al
         Y  SUS COMPAÑEROS.                                                      varonil espíritu que latirá en los anales
         Santos Castejón, Mariano Desa,                       de la gran epopeya revolucionaria española,
         Anselmo Pérez, Saturnino Arrizabalaga              formaron una partida en las Cinnco Villas
         Antonio Velázquez, Inocencio Desa,                  bajo la enseña patria y libertad capitulando
         Antonio Ferrer, Antonio Soro,                           honradamente en el vecino pueblo de
         Pedro Sánchez, Eusebio Endériz,                       Siétamo.
         Ramón Rubio y Salvador Chus.              

         Los republicanos del Alto Aragón,                     La ciudad de Huesca vio consternada el 5
         los de Ejea de los Caballeros y de                     de noviembre de 1848 que sin respeto
         Sádaba paisanos todos de los patriotas              a las estipuladas condiciones de rendición
         vícttimas de la ferocidad reaccionaria                 fueron pasados por las armas dentro de los
         erigieron por suscripción pública                        muros que resguardan a un hidalgo y de
         este mausoleo en el año 1885, para                   mocrático pueblo el valeroso oscense
         perpetuar la ejemplar memoria de los                Manuel Abad y siete de sus compañeros
         malogrados héroes que aquí reposan                 cuyo número unido al de sus correligiona
         y la de muchos de sus amigos depor                  rios que fueron fusilados en 7 del mismo
         tados a lejanas e inhospitalarias posesiones        mes y año constituyen los mártires de un
         oceánicas.                                                         ideal tan preclaro como patriótico.

                      En la sesión del Ayuntamiento de 4 de noviembre de 1938 se acuerda hacer desaparecer del monumento funerario existente en el cementerio de Las Mártires, a la memoria de Manuel Abad y otros fusilados en 1848, todas las inscripciones que en el mismo aparecen de exaltación del ideario que sustentaban, conservándose únicamante los nombres de los que bajo el mismo yacen.


























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