jueves, 8 de enero de 2015


                             
                 TRASLADO DE LOS RESTOS DE ALFONSO I DE ARAGÓN.

               La batalla de Fraga de 17 de julio de 1134 fue el mayor desastre ocurrido al ejército aragonés. Alfonso I pudo escapar con diez de sus hombres. Cuando el 7 de septiembre de 1134 muere en Poleñino, posiblemente a consecuencia de las heridas del combate, su hermano Ramiro es reconocido rey por la nobleza.
               Alfonso fue llevado a inhumar al Monasterio de Montearagón.

Monasterio de Montearagón
             Aynsa nos relata que debajo de la iglesia del Monasterio hay otra capilla y en medio de ella en la parte del Evangelio, están las sepulturas y túmulos de los reyes, y el más levantado y eminente corresponde al rey Alfonso I.

Cripta iglesia Montearagón
              Ricardo del Arco en su obra "Sepulcros de la Real Casa de Aragón", cita al P. Ramón de Huesca que en su "Teatro Histtórico", describe este sepulcro así: "Es un túmulo grande de piedra tosca, sostenido por doce columnas, seis a cada frente, lo que es cosa notable, porque los túmulos en los que yacen los reyes D. Sancho y D. Pedro, padre y hermano de D. Alfonso, aunque son de piedra, están, como también los de sus predecesores, soterrados y embebidos en la tierra firme".
          Otro que contempló este monumento funerario fue el pintor y académico Valentín Carderera y Solano, del que sacó un dibujo que figura en su "Iconografía Española". Madrid 1855-1864.
         Así mismo emitió un informe a la Real Academia de la Historia, en 1844,sobre su estado de conservación, que dice así: "En comprobación del atraso en que estaba el arte a principios del siglo XIII, parécenos oportuno describir la decoración del sepulcro de D. Alfonso I de Aragón, llamado el Batallador. que se ha conservado hasta el año pasado en el Real Monasterio de Montearagón, junto a Huesca, últimamente medio demolido e incendiado.
             El frontis del arca de piedra, de bastante magnitud, decorábase con seis columnitas y muy sencillos capiteles. Sostenían estas cinco arcos bastante macizos, cuyo intradós se veía entallado con seis estrías, recortadas en la superficie anterior por pequeños semicírculos que producían el arco. En cada triángulo o enjuta de las que interceptan estos arcos recortados hay seis pequeños óvalos, profundizados, que forman estrella o rosetón".               
           Cientos de años permanecieron sus restos en este Monasterio, hasta que en 1835 se produce la exclaustración de los monjes y en 1836 la desamortización de los regulares, declarando en venta los bienes de las comunidades extinguidas.
            Tanto los restos de Alfonso I como valiosos objetos de la iglesia y de la cripta quedan abandonados a su suerte pudiendo deteriorarse o ser robados.
            El 11 de junio de 1843, pocos días antes de la venta en pública subasta del Monasterio ocurrida el 21 de junio de 1843, los restos son trasladados desde el Monasterio a la iglesia de San Vicente el Real de Huesca y ello a instancias de la Diputación Arqueológica.
          Creada la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos por Real Decreto de 13 de junio de 1844, es uno de sus primeros empeños el colocar las cenizas reales en un sitio decoroso y digno.
          El claustro de la iglesia de San Pedro el Viejo se presenta como el lugar más oportuno, por su antiguedad, su buen estado de conservación, sus sepulcros y ser hoy la mansión de Ramiro II

Capilla de San Bartolomé

Sepulcro de Alfonso I

             En la tarde del 29 de junio de 1845 se reunen en la iglesia de San Vicente el Real, el Ilmo. Cabildo Catedral, los Capítulos de todas las parroquias y las cofradías con sus estandartes y banderas. Sobre un sencillo pero majestuoso catafalco, cubiertas con un rico terciopelo negro, en donde se ven bordadas en oro las Reales insignias  y los Escudos de Armas de la Casa de Aragón, pendiendo de él cuatro cordones con borlas de oro, que debían conducir cuatro sujetos, uno de ellos de la Comisión. El clamor de las campanas anunció el principio de la función sagrada, y cantando un solemnísimo responso por la capilla de música de la Catedral se puso el acompañamiento en marcha por el orden siguiente: delante abriendo paso un piquete de la Guardia Civil de caballería, seguian los timbales y clarines del Illtro. Ayuntamiento, las cofradías con sus banderas y estandartes, los Capítulos parroquiales y el Illmo.Cabildo Catedral. Las regias urnas eran conducidas en hombros por individuos de la Guardia Civil, y los cordones por los sujetos antes dichos, rodeando el féretro un piquete del mismo Cuerpo, vestido de gala.
        Presidía el Sr. Jefe Político y seguían la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos, acompañada de la Diputación Arqueológica y del único canónigo existente de la abadía de Montearagón. A continuación los empleados del Gobierno Civil, los de Hacienda, los jefes militares y oficiales francos de servicio, el Liceo artístico y literario, la Comisión de instrucción primaria, la Escuela Normal, la Sociedad económica, el Juzgado de primera instancia, la Universidad literaria, el Ayuntamiento Constitucional, el Sr. Brigadier comandante general de la Provincia y, por último, las tropas de la guarnición, que cerraban la marcha. Una numerosa concurrencia llenaba las calles y balcones del tránsito.
          Llegado el fúnebre cortejo a la iglesia de San Pedro, se colocó el féretro en un túmulo y cantando las preces, se codujeron los restos al sitio destinado para su reposo, donde, abiertas las urnas, se colocaron dentro de ellas, despues de reconocida la identidad de los restos que contenían, dos pergaminos con las actas. Terminado el oficio de sepultura, el Sr. Jefe Político pronunció un largo, tedioso y rimbombante discurso, que omitiremos.                            

                         PERGAMINO INTRODUCIDO EN LA URNA ACERCA DE LA EXHUMACIÓN
                         DE LOS RESTOS EN MONTEARAGÓN Y TRASLADO A LA IGLESIA DE SAN
                         VICENTE EL REAL DE HUESCA.
               "En la Real Casa de Mont-Aragón a 11 de junio de 1843, los señores D. Bonifacio
             Quintín de Villaescusa, Provisory Vicario general del Obispado de Huesca, D. Bar- 
             tolomé Martínez, Diputados de la Provincia por la Sociedad arqueológica de Espa-
             ña, atendido a que el Gobierno de la Nación tiene dispuesta la enajenación de esta
             Real Casa donde se hallan sepultados los restos de D. Alfonso 1º Rey de Aragón
             llamado el Batallador, de D. Fernando Infante de Aragón y Abad de la misma Real
             Casa, y de una Princesa Niña cuyo nombre han borrado los siglos; y a fin de poner-
             los en segura custodia, ha creido la Diputación arquelógica necesaria su exhumación,
             a cuyo efecto constituidos dichos Señores Diputadoa en la iglesia subterránea, man-
             daron proceder en su presencia a la apertura de los sepulcros que contenían los res-
             tos Reales, los cuales colocados debidamente se trasladaron por los mismos Seño-
             res al edificio de San Vicente el Real de la Ciudad de Huesca para en su día deposi-
             tarlos donde el Gobierno o sus representantes determinasen. Para testimonio del ac-
             to de exhumación y traslación dichos Señores Diputados resolvieron la extensión de
             esta acta que firmaron. Bonifacio Quintín de Villaescusa= Bartolomé Martínez= Ma-
             nuel Villanova=

                        PERGAMINO INTRODUCIDO EN LA URNA DEL TRASLADO DE LOS ESTOS
                        DESDE SAN VICENTE EL REAL A SAN PEDDRO EL VIEJO.

                 En la Ciudad de Huesca a 29 de junio de 1845. La Comisión de Monumentos His-
             tóricos y Artísticos de la Provincia, compuesta por los Señores D. Eugenio de Ocho-
             a, Jefe Político, Presidente, D. Bonifacio Quintín de Villaescusa, D. Ambrosio Voto 
             Nasarre, D. Mariano Lasala y Larruga, Vocales, y D. Alejandro Pitarque, secretario:
             atendido a que el objeto de la institución de esta Comisión ha sido y es la conserva-
             ción de los monumentos y preciosidades útiles a la historia y a las artes, y respecto de
             que en la iglesia de San Vicente el Real existen los humanos restos del rey D. Alfon-
             so 1º llamado el Batallador, los del infante D. Fernando, Abad del Monasterio del
             Monasterio de Mont-Aragón, y los de una Princesa Niña cuyo nombre se ha perdido
             en la historia, trasladados a dicha iglesia por la Diputación Arqueológica en 11 de ju-
             nio de 1843 del Panteón del referido Monasterio, antes de que fuese por el gobierno
             y convertido en ruinas por sus compradores, la Comisión acordó  se depositasen di-
             chos restos en la capilla de San Bartolomé del claustro  de la iglesia de San Pedro el 
             Viejo, en la que existen los del  rey D. Ramiro II llamado el "Monge", hermano del ex-
             presado D. Alonso; y habiendo tenido lugar en la tarde de este día nueva traslación y 
             depósito en presencie del Illmo. Cabildo Catedral, M. Iltre. Ayuntamiento,  Claustro 
             de Doctores de la Universidad literaria, Diputación Arqueológica, Autoridades, Cor-
             poraciones y Empleados de Provincia y de un numeroso concurso de gentes, la Co-
             misión de Monumentos Históricos y Artísticos levanta acta de tan solemne acto para
             que sirva de documento para la historia y justificativo de la nueva colocación de los 
             Reales restos trasladados;  en cuyo testimonio lo firmaron  los Señores Presidente y
             Vocales referidos, de que yo el Secretario doy fe.
             Eugenio Ochoa= Bonifacio Quintín de Villaescusa= Ambrosio Voto Nasarre= Maria-
             no de Ena y Villalba== Bartolomé Martínez= Mariano Lasala y Larruga= Alejandro 
             Pitarque, Secretario. 










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