PEQUEÑA HISTORIA DE LA CARTUJA DE LAS FUENTES. SARIÑENA.
Está situada a 15 km. de Sariñena y a 2km. de una pedanía de Sariñena, Cartuja de Monegros.
La Cartuja fue fundada en 1507 por los condes de Sástago, Blasco de Aragón y Beatriz de Luna.
Fernando II de Aragón les dio la licencia y obtuvieron Bula de Indulgencias.
Los monjes que habitaron la Cartuja desde su fundación fueron de la orden de San Bruno, pero era tal la falta de medios para su subsistencia, tal vez por la muerte de sus benefactores y la precariedad de sus instalaciones que en 1563 la abandonaron y marcharon a Aula Dei (Zaragoza).
La compraron los carmelitas que la ocuparon en 1589 pero siguieron con las difíciles condiciones de subsistencia.
La situación cambió en el siglo XVIII aunque manteniendo su austeridad. Abandonaron este monasterio y se fueron al llamado campo del "Almendrar", lugar cercano pero más salubre, cosa que ocurrió entre 1714 y 1777. Intervino en esto una nueva congregación de cartujos españoles, alejados de Grenoble. En 1785 pasó a depender de la Abadía de Monteragón.
Sufrió en el siglo XX dos Desamortizaciones: la de 1820, de carácter leve, aunque perdiera parte de sus bienes. Y la de 1836 supuso el abandono del convento y su subasta.
La subasta del convento se anuncia el 26 de enero de 1843 así: "El edificio convento de la Cartuja de la Fuentes, sito en despoblado y a distancia de tres horas de la villa de Sariñena, ocupa un área de dos mil ochocientas varas cuadradas con un huerto y cerca contiguos. El edificio consta de iglesia, cocina, despensa, refectorio, claustrillo con altares de yeso, casa hospedería y portería, casa de procura y de labranza compuesta de dos pisos y en el bajo cuadras, granero y bodega, paridera, pajar y molino de aceite con una prensa pequeña de rincón.
Ha sido tasado todo en trescientos treinta y tres mil sesenta reales de vellón (r.v.). El comprador ha de satisfacer la cantidad del remate en deuda sin interés por todo su valor nominal en dos plazos iguales.
Se señala el 21 de marzo próximo y hora de las doce de la mañana para el remate de la finca, subasta que se ha de hacer a la vez en la Corte y en la ciudad de Huesca".
La venta del edificio por subasta se hace a favor de Francisco Mirallas de Sariñena, en un millón ochodientos mil reales de vellón.
Pero el Sr. Mirallas no paga el primer plazo de novecientos mil reales de vellón de la subasta por lo que se declara en quiebra y se señala el dia 16 de agosto de 1843 a las doce de la mañana para la nueva subasta. En ella se adjudica a Domingo Pueyo por seiscientos once mil r.v.
En el protocolo notarial 11.187 nº442 de 5 de marzo de 1844, Domingo Pueyo traspasa a favor de Francisco Romeo de Zaragoza el convento de la Cartuja de las Fuentes.
Aquí acaba la desamortización del convento pero no acaba el asunto de la subasta, ya que se abre expediente a Francisco Mirallas para que satisfaga la diferencia entre el remate de la subasta que él ganó, 1.800.000 r.v., y el remate definitivo que fue de 611.000 r.v. Es decir, tiene que pagar a la Hacienda 1.189.000 r.v. Esto ocurre en el año 1852, bastantes años después de la subasta, una rapidez de la Hacienda que dice mucho de como funcionaba la Administración.
El Sr. Mirallas contesta al requerimiento de pago diciendo que efectivamente hace muchos años concurrió a la subasta del convento, pero nadie le comunicó que él fuese el ganador del remate, ni el tiempo prefijado para el pago y otorgamiento de la escritura.
Por otra parte, en el estado actual me es imposible cumplir con lo prevenido en su comunicación, en atención a que carezco absolutamente de bienes de fortuna, y para poder atender a la manutención mia y de mi esposa tengo que recurrir a unos trabajos con los que añadidos a los pocos bienes de esta, puedo reunir una escasa subsistencia.
Desde su desamortización la Cartuja ha estado en manos de particulares, y ha sido utilizada a lo largo del tiempo como balneario, cuartel de tropas y finca agrpecuaria. Su estado actual es deficiente, aunque no existe para ella peligro inminente.
El futuro puede ser floreciente ya que la Diputación Provincial de Huesca la compró a sus dueños para rehabilitarla. Y todos esperamos que la Diputación le de el destino que merece.
Ha sido tasado todo en trescientos treinta y tres mil sesenta reales de vellón (r.v.). El comprador ha de satisfacer la cantidad del remate en deuda sin interés por todo su valor nominal en dos plazos iguales.
Se señala el 21 de marzo próximo y hora de las doce de la mañana para el remate de la finca, subasta que se ha de hacer a la vez en la Corte y en la ciudad de Huesca".
La venta del edificio por subasta se hace a favor de Francisco Mirallas de Sariñena, en un millón ochodientos mil reales de vellón.
Pero el Sr. Mirallas no paga el primer plazo de novecientos mil reales de vellón de la subasta por lo que se declara en quiebra y se señala el dia 16 de agosto de 1843 a las doce de la mañana para la nueva subasta. En ella se adjudica a Domingo Pueyo por seiscientos once mil r.v.
En el protocolo notarial 11.187 nº442 de 5 de marzo de 1844, Domingo Pueyo traspasa a favor de Francisco Romeo de Zaragoza el convento de la Cartuja de las Fuentes.
Aquí acaba la desamortización del convento pero no acaba el asunto de la subasta, ya que se abre expediente a Francisco Mirallas para que satisfaga la diferencia entre el remate de la subasta que él ganó, 1.800.000 r.v., y el remate definitivo que fue de 611.000 r.v. Es decir, tiene que pagar a la Hacienda 1.189.000 r.v. Esto ocurre en el año 1852, bastantes años después de la subasta, una rapidez de la Hacienda que dice mucho de como funcionaba la Administración.
El Sr. Mirallas contesta al requerimiento de pago diciendo que efectivamente hace muchos años concurrió a la subasta del convento, pero nadie le comunicó que él fuese el ganador del remate, ni el tiempo prefijado para el pago y otorgamiento de la escritura.
Por otra parte, en el estado actual me es imposible cumplir con lo prevenido en su comunicación, en atención a que carezco absolutamente de bienes de fortuna, y para poder atender a la manutención mia y de mi esposa tengo que recurrir a unos trabajos con los que añadidos a los pocos bienes de esta, puedo reunir una escasa subsistencia.
Desde su desamortización la Cartuja ha estado en manos de particulares, y ha sido utilizada a lo largo del tiempo como balneario, cuartel de tropas y finca agrpecuaria. Su estado actual es deficiente, aunque no existe para ella peligro inminente.
El futuro puede ser floreciente ya que la Diputación Provincial de Huesca la compró a sus dueños para rehabilitarla. Y todos esperamos que la Diputación le de el destino que merece.